miércoles, 27 de octubre de 2010
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Asomarte a la ventana y observar el cielo ,  las nubes o, al caer la  noche, la luna. Echarte en la cama en un día nublado y sentir como  caen las primeras gotas, escuchando el sonido que emiten al tocar el alféizar de la ventana. Oír esa canción que tantos sentimientos despierta  en ti y que, a veces, consigue arrancarte una lágrima. O dos. O aquella  que te dibuja una sonrisa sin saber muy bien por qué. Ver esa película de  la que te gustaría ser protagonista, una y otra vez, sin aborrecerla lo  más mínimo. Ojear ese álbum de fotos que hacía tanto que no veías y  recordar así viejos momentos. Reír. Llorar. Soñar. Leer un libro y no  despegarte de él; Encontrar un poema que parezca hecho para ti. Pintar.  Oler una flor y respirar el aire en lo alto de una montaña. Esconder una frase en un pantalón y olvidarla para después encontrarla ese día en el que necesitabas tanto esas palabras de apoyo , comer regalices negros , sentarse en un banco del parque y observar el tiempo y su transcurso y la vida de la gente , de los ajetreados , de los felices , de las parejas . Subirse al tren e inventarse la vida de la persona que más te llama la atención , miradas fugaces a desconocidos con los que no sabes por qué sientes que podrías compartir tu vida .Creo que sí , ahora ya recuerdo qué es lo que hace que tenga algo de ganas de levantarme cada mañana
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