Extrañeces

La señal que tengo en la nariz me la hice con 10 años, con mis amigas, intentábamos hacernos un piercing. De pequeña me escribí una carta de hogwarts y le hice creer a mi hermano que era de verdad, suelo imaginarme cómo es la vida de las personas extrañas que me cruzo por la calle. Incondicionalmente romántica. Odio que me llamen amor, creo que así es como llaman todos los maridos a sus mujeres cuando ya no sienten nada por ellas, no me gusta que me pongan motes y que los utilicen con más personas. Muy a menudo necesito estar sola. Me gustan los cementerios. Soy incapaz de dormir con calcetines, no me gusta tomar el cola-cao caliente. A veces, cuando me siento muy mal, me reconforta asomarme a la ventana, mirar a la luna e imaginarme que mi “media naranja “está mirándola también en el mismo momento desde cualquier otra parte del universo.  Adoro ver llover aunque eso implique mojarme y cogerme una pulmonía. Me encanta que un chico  huela bien. Mi animal favorito es el pingüino, mi número el siete y mi color el morado. No creo en el horóscopo. Pienso demasiado en cosas que puede que no tengan importancia. Todo el mundo me cuenta sus problemas  y suele hacer caso a mis consejos. Me cuesta mucho mirar a la gente a los ojos. No soporto que me mientan. Me cuesta confiar en los demás. Cuando estoy leyendo se me olvida salir de mi habitación para comer. Nunca me canso de ir al cine. El mejor regalo que me han hecho ha sido una canción. Creo que no hay nada mejor que ver un amanecer en la playa. Me muero por ir a Roma.