lunes, 25 de octubre de 2010
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Todo se reduce a la simple levedad que aportan los días lluviosos y   fluorescentes de octubre. Como si de todos los sentimientos iniciales   sólo restaran los que jamás salieron a la luz en su día, y ahora de   repente aparecieras en cada puerta. Que cada biblioteca se convierta en   una posibilidad, que esa posibilidad sea encontrarnos aunque fuese a   través de citas ya olvidadas. Es la felicidad que no se esconde la que   nutre nuevos caminos. Pero nos vamos retorciendo poco a poco a la vez   que las gotas de agua chocan contra el suelo. Y todo se reduce a nada, a   nada salvo a esto...a la simple levedad que aportan los días lluviosos  y  fluorescentes de octubre.
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Prefiero contemplar las carreras que surgen cuando se juntan un par gotas de lluvia en la ventana de mi habitación :)
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