Relojes de arena

No dudes, no dudes ni un segundo más y grita, grita todo lo que sientes y lo que quieres, no importa el mundo, no importa la sociedad, ¿ Qué más da? A estas alturas ya da igual.

Viviendo en un mundo a parte, excluido del universo se vive mejor, mirando al cielo a cada amanecer, llorando cada anochecer, sin motivo, no importa…

No importa el momento en el que decidas saltar, Saltar nada más

Te saluda, te saluda sonriendo.

Las horas mueren, lloran, gritan, se despedazan poco a poco sin que a nadie le importe ¿Y dónde?

¿Dónde están?

¿Dónde están mientras tú intentas pelear contra el mundo a golpe de espada?

¿Lo comprenden?

No…

Por supuesto que no, te lo reprocharan, una y otra y otra vez….Cada vez que vuelvas la cabeza a mirarles te lo reprocharán, te insultarán, te maldecirán y no les importara nada más, no comprenderán que… haces todo lo que puedes, intentas día a día que se sientan bien, que no mueran, que vuelen por sobre las inmundicias que conocen tan bien, que lloren, que lloren contigo, y que griten… Que griten y que se iluminen sus rostros al contemplarse… De ti… Depende todo de ti… Pero, no puedes, no puedes continuar…

No así…

Y desesperadamente gritas: ¡TIEMPO!

¡Tú y solo tú eres el más cruel de los asesinos! Sin piedad, sin piedad destruyes todo lo que tocas, no te importa de que se trate, la infancia, la felicidad, la evasión, el universo, la pasión, el amor… Y mientras, mientras yo intento desfogarme contra tus implacables garras continúas! Continúas haciéndolo sin piedad, sin más que decir ni que pensar, como si tú, engreído, fueras el único dios que este mundo lleva tantos años buscando, indagando ciegamente y adorándole, cuando lo único que estás buscando es que te adoren a ti, y aún así… Aún así… Aún así nunca pararás de destruirlo todo… Es increíble tu perfidia, tu perfidia sedienta de sangre, humana, animal no importa, ni siquiera los objetos se libran de tu venganza…

¿Nunca verdad?

¿Nunca nos dejarás vivir?

¿Nunca nos dejarás ser felices?

No, claro que no