lunes, 25 de febrero de 2013

Julio se enamora



- Buenas noches a todos, queridos miembros de este, nuestro cuerpo -decía desde su estrado en el centro del pecho, y con la sonoridad de la caja torácica - Vengo a hablaros de una persona.
 - ¿Qué persona dices? -preguntaba el cerebro, que buscaba en su base de datos.
 - Es una mujer, una dama que me tiene cohibido desde el primer día -respondía el corazón, con un suspiro.
 - ¿La he tocado? -preguntaron las manos, que se frotaban entre ellas
 - ¿La he mirado? -querían saber los ojos, que parpadeaban incrédulos
 - ¿Cómo era su voz? -los oídos cotillearon lo que decía
 - ¿A qué olía su perfume? -con su voz nasal, la nariz hizo acto de presencia
 - ¡Seguro que sabía muy bien! -la lengua resbaló por la boca, chapoteando entre la saliva
 - ¡Y seguro que yo...!
 - No, pene -dijeron el corazón y la cabeza al unísono -no te metas en esto.
 - Qué irónico, hace mucho que no me meto en ningún sitio... ¿verdad, manos? -respondió éste.
 - Lo que quiero decir -respondió Corazón, antes que las manos siguieran el juego - es que esta mujer es diferente a las demás. Me ha causado una especial conmoción, me ha producido un latido diferente.
 - Pero Corazón -respondió Cerebro, que ya tenía localizada la imagen en su gran pantalla - ¿cómo una persona así puede hacerte sentir diferente? Demonios, piensa en Susana, recuerda el dolor que todos nosotros tuvimos que soportar durante tanto tiempo...
 - Si, la recuerdo... -Corazón entonces pareció melancólico - y por eso sé que esta vez es distinto.
 - Contrastemos los hechos -dijo Cerebro, evaluando la situación - Vino, alteró al sistema nervioso con su dulce cerveza y se largó cuando tenía al pobre pene pidiendo a gritos una explicación
 - ¡Aún me duele todo el cuerpo! -protestó el pene - ¿Sabéis lo que es estar en plena actividad durante tanto tiempo? ¡Cerebro! ¿En qué cojones estabas pensando para tenerme así?
 - No precisamente en cojones pensaba yo -decía Cerebro -Era cosa de la influencia del Señor Corazón.
 - Ah, ahora échame las culpas a mi -replicó el Corazón, enfadado
 - ¿Quién es el romántico aquí, eh? ¿Los pies?
 - A mí no me miréis, estoy en el culo del mundo -dijeron los pies, descalzos en la cama
 - ¿Disculpa? ¿Tienes algún problema conmigo?
 - ¿Queréis dejar de discutir? -gritó Cerebro, respondiendo al culo, que se apretaba amenazante.
 - Dejad a esa chica y miradme a mi, estoy siempre en el centro de todo...
 - ¿Ese se cree el ombligo del mundo? -dijeron las desafiantes rodillas desde su posición
 - ¡Es que es el ombligo, imbécil! -gritaron los pulmones con todo su aire.
 - Bueno, ¡basta ya! - el Cerebro, con autoridad plenipotentaria, lanzó un aviso a todas las partes del cuerpo, que calmaron su acalorada discusión - Tenemos un asunto pendiente y no veo que estéis poniendo de vuestra parte para remediarlo. Corazón ha sentido algo especial, y el resto tenemos que ponernos de acuerdo. ¿Qué opináis al respecto de Sara, la chica del otro día?
 - A mí me sentó su visita como una patada -dijo el hígado, resentido
 - Yo aún recuerdo sus ataques -dijeron las costillas
 - Pero yo si recuerdo su voz... Y me encanta -dijeron los oídos.
 - No podemos opinar que sea un bellezón, Cerebro -dijeron los ojos - pero si es cierto que nos resulta curioso poder mirarla. Tiene un algo que nos atrae.
 - ¡Olía a frambuesa! -dijo la nariz, aleteando
 - Desprendía un calor especial -dijo la piel, erizando el vello por el recuerdo -y su piel era suave. ¿Verdad, manos?
 - Si, era muy suave... -las manos se posaron sobre el Corazón, que aún latía de forma extraña, acelerada.
 - Corazón... -Cerebro parecía preocupado - ¿qué piensas de todo esto?
 - Cerebro -dijo, cuando todos se silenciaron para escuchar las palabras del líder sentimental - creo que tengo una noticia que darte.
 - Adelante.
 - Estamos enamorados.

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