viernes, 25 de noviembre de 2011

Tengo la mente en otra parte desde que la conozco. Bueno, desde que la conozco. Realmente no nos conocemos, pero eso ya os lo explicaré mas adelante. Es como un pequeño rayo de sol en una mañana gélida de invierno. Tan pequeña y manejable , tan tímida y dulce , tan siempre ensimismada en sus pensamientos. Tiene la cara de un ángel , la tez blanca , como empolvada y un pequeño arito plateado en la aleta izquierda de la nariz. Toma el café mientras lee un libro, siempre son de amor. Llevo un mes viéndola cada mañana, y gracias a ella no me flaquean las ganas de ir a trabajar día tras día, por muy Lunes que sea. Yo siempre estoy en el sillón marrón de en frente de la cristalera , tomando mi café y leyendo el periódico. Aunque no sé para qué lo compro , si lo único para lo que lo uso es para observarla furtivamente detrás de él como un colegial avergonzado. Ojalá algún día se dé cuenta de que la miro,se acerque a mí y compartamos su café. Y si ella no se acerca lo haré yo, le llevaré la canela. Ella siempre le pone canela...

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