miércoles, 13 de febrero de 2013

Miércoles de ceniza

Las doctrinas religiosas, sin importar de donde provienen en realidad, tienen en común dominar la acción de las masas mediante el miedo al castigo.
Es propio de las leyes imponer respeto, no por su convincente enseñanza, sino por la imposición de represalias. Si robas, iras preso. Si pecas, arderás en el infierno.
Es por esto que pienso que la religión no es una doctrina divina, sino un mecanismo antiquísimo de manipulación social
La religión nace del miedo a lo desconocido, de la necesidad del hombre primitivo de creer que todo puede ser explicado y que hay alguien a quien rogar para que la cosecha sea buena. 
Muchas religiones han evolucionado desde entonces hasta límites insospechados de refinamiento en las formas , pero debajo de todas ellas está el viejo chamán pidiendo al Espíritu del Mamut que la cosecha sea buena. 
Tenía razón Donoso Cortés cuando decía que entre la razón humana y el error hay una atracción irresistible. Cuanto más absurda una afirmación, cuanto más evidente su falsedad, más atractiva será para la inteligencia alejada de la Fe.

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