Pensó que ya no había nada, nada que ver, ni oír, ni sentir… Nada que  volviera a ser nada, pues esa era la única nada y para siempre sería  nada; 
todos los días sería nada, incluso llegaría un momento en que la  nada se llevaría a la nada y entonces no quedaría... nada.
Una gran y absoluta nada... ¿No sientes la necesidad acuciante de que alguien te abrace?
ResponderEliminarBesos gélidos y un abrazo